Tarde de Exposiciones en la ciudad de los adelantados

Si disponemos de una tarde ociosa, en la que no se nos ocurre nada mejor que hacer que estar viendo los bodrios televisivos de siempre, o echarnos una siesta mas larga de lo habitual (ya que según la OMS una siesta de más de veinte minutos es perjudicial), podemos aprovechar que cada vez la oferta cultural en la ciudad de los adelantados es mucho mayor y más variada. Eb una tarde muy fria, como no iba a ser menos en La Laguna, aproveche y me di una vuelta por dos exposiciones que ahora mismo están abiertas a todos los públicos.

La primera es la de Zapatos de Cine, donde podemos disfrutar de estos objetos de fetiche, los cuales algunos son los originales usados en los rodajes de dichos filmes. Me resultó curioso ver los zapatos utilizados por Elizabeth Berkley en la transgresora cinta de Paul Verhoeven "Showgirls", los pobres se ve que sufrieron mucho en el rodaje, ya que quedaron un poco para el arrastre, como se suele decir en nuestra lengua canaria. La exposición está en el convento de Santo Domingo en La Laguna (junto a Correos). Para muestra aqui os dejo, un zapato (no un boton).

Tras esta, y no sintiendome saciado todavia, ya que me encantan las exposiciones innovadoras, no se si por deformación profesional o por mi espíritu emprendedor, decidí ir a la exposición: "Los que Maquinan máquinas" de Víctor Jaubert, sita en la sala de exposiciones de La Caixa también en La Laguna. Realmente muy amenas las acuarelas de este pintor, que nos evocan a clasicos de la literatura e incluso del cine, y algunas obras también van un paso más allá de la ciencia ficción trasladandonos a munos oníricos situados quizá en un futuro no muy lejano. Muy lograda colección, que nos hace reflexionar en aspectos como la culpabilidad a la hora de crear maquinas que sirven para la destrucción o para la reconstrucción. Incluso podemos adquirir estas obras directamente en la exposición para que pasen a engrosar como parte de nuestras colecciones particulares. Altamente recomendable.

Ya tenemos una excusa para despegarnos del sillón una tarde de firo, y disfrutar de las húmedas calles laguneras, pasar un buen rato, y culminarlo con un buen chocolate con churros para calentarnos el buche, y sigo con mis "palabros" canarios.